Justificación
La política de investigación de la UES obedece a una serie de razones tanto de desarrollo institucional, la necesidad de dar respuestas más efectivas a las demandas de la sociedad, así como a la dinámica del avance mismo del conocimiento. Se plantea la necesidad de contar con un instrumento de política de investigación, puede decirse que, en el plano fáctico del desarrollo de la institución universitaria, la existencia de una política contribuye al cumplimiento de la función de investigación, sobre todo si se toma en cuenta la situación actual sobre sus condiciones materiales y objetivas de posibilidad.
Un diagnóstico realizado por la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica (2001), acerca de la investigación desarrollada en la Institución a partir de enero 1998, arrojó resultados alentadores que permitían concluir que la Universidad ha tenido alguna presencia en investigación; sin embargo, ésta no ha respondido a una política sistemática y consensuada que permita un rumbo cronológico hacia una meta de país. Esta circunstancia también es reiterada por el Diagnóstico Institucional de 2016. La actividad científica tampoco se ha basado en un proyecto de Universidad que integre sus tres funciones (Docencia, Investigación y Proyección Social), estando más bien relacionada a los intereses y esfuerzos individuales de los docentes que la realizan y de los financiadores externos, situación que se cumple incluso para los docentes adscritos a Institutos o Centros de Investigación como el INVE, IEHAA, GIVUES, CIAN, CENSALUD, LABTOX, ICMARES, entre otros.
La UES actualmente cuenta con 1,791 docentes a tiempo completo y tiempo parcial, para los cuales cerca de un 25% tienen un grado de maestría y menos del 2% poseen doctorado a nivel de Ph.D. Hay que tener en cuenta que en la Facultad de Medicina existen docentes con postgrado en especializaciones médicas (Medicina Interna, Cirugía, Pediatría, Obstetricia y otras subespecialidades, con duración de entre 1 a 5 años). No todos los docentes con postgrado dedican parte de su tiempo laboral a hacer investigación. En general, menos del 12% del personal académico está o ha estado involucrado en proyectos de investigación científica en el período del 2000 al 2018.
El diseño y formulación de una política de investigación debe partir de una concepción sistémica e integral de la ciencia y la tecnología, que articule desde un pensamiento crítico-propositivo, los diversos tipos de investigación y enfoques epistemológicos. De tal manera que la política de investigación no se oriente exclusivamente a la investigación aplicada por sobre la investigación básica o que privilegie la investigación en un área del conocimiento en específica en detrimento de otras áreas del conocimiento de conformidad al Artículo 3 inciso “c” de la Ley Orgánica (1999), la Universidad de El Salvador debe impulsar el desarrollo de investigaciones en todas las áreas del conocimiento y con énfasis en la integración multi e interdisciplinar para trabajar sobre los problemas de la sociedad, fomentando la formación de comunidades académicas que se integren a redes nacionales e internacionales de investigadores.
Podría parecer improductivo el justificar las iniciativas institucionales para mejorar las condiciones formales, materiales y socio-contextuales imbricadas en la investigación, considerada en el ámbito universitario al mismo tiempo como Función y como Proceso. Sin embargo, es necesario aportar algunas razones de orden teórico y pragmático respecto al esfuerzo institucional que se coordina desde la Vicerrectoría Académica, Secretaría de Investigaciones Científicas y Secretaría de Planificación, esfuerzo que incluye la revisión y reformulación de las Políticas de Investigación.
La organización de la investigación científica en la Universidad, es una función principal tan importante como la proyección social y la docencia; teóricamente esto resulta racional y razonable en el reino de lo fáctico y pragmático, sin embargo, se convierte en una función de tipo marginal, en el sentido que se da mayor preponderancia a la función docente, no sólo por la cantidad de recursos financieros2 que se destina a ello, sino porque la Universidad no cuenta con un número significativo de investigadores tanto así que no existe la figura de Investigador, comparado al número de docentes3. Al ser la universidad una institución profesionista, resulta necesario ponderar la posibilidad de migrar hacia una universidad de investigación comprometida con lainnovación y producción científica.
Organizar la investigación científica en la Universidad, es una función que tiene su centro de gravedad no en el interior mismo de la institución sino en la realidad social, económica, política y cultural del país; incluso si la investigación es sobre la praxis misma de la institución (investigación educativa - pedagógica), podría argumentarse que el objetivo de la primera es resolver el mismo problema social de la educación en general. A la fecha no hay estudios que puedan dar cuenta del impacto que la investigación en la UES tiene sobre la realidad salvadoreña, tampoco se cuenta (más allá de algunas tesis de pregrado4) con estudios institucionales sobre los procesos de docencia, investigación y proyección social.
La universidad no puede estar desconectada de las profundas problemáticas de la sociedad salvadoreña, ni de las transformaciones de la comunidad académica global. Al limitarse el desarrollo de la investigación científica, el perfil de universidad profesionista predomina,limitando el problema social de interés a la provisión de recurso humano calificado, mientras queen términos académicos la gestión del conocimiento se reduce a la importación, enseñanza yaplicación de técnicas. Tal situación es contraria al potencial de la Universidad como centro de excelencia científica y de agente que ayude al desarrollo de la sociedad. Por tales razones, laformulación y aprobación de una Política de Investigación, que conciba la investigación y la transferencia de conocimientos y tecnología como medios para impactar positivamente en la solución de problemas de la sociedad salvadoreña y la región centroamericana, se vuelve una exigencia del contexto nacional e internacional.
Esta política toma en cuenta las políticas y normativas que conducen la investigación científica, como es el caso de las políticas que rigen la seguridad alimentaria nutricional (CONASAN, 2011; Muñoz, 2006), el cambio climático (MAG, 2017c; MARN, 2019; SICA, 2010), el cuido de los recursos hídricos y forestales (MAG, 2017b, 2017a), las que rigen la innovación en los sistemas de producción (MINEC, 2016), la salud (MINSAL, 2016), el cuido del patrimonio (CONCULTURA, 2007), la ciencia y la tecnología (Vice Ministerio de Ciencia y Tecnología, 2010), Manual de Oslo, Manual de Frascati, RICYT, CSUCA, entre otras.
2 Basta considerar que del Fondo Patrimonial Especial se financian el Programa de Formación del Personal Académico y el Programa Adquisición de Recursos de Aprendizaje. Ambos recibieron entre el 2011-2015 la cantidad de USD$1,620,958.00 y USD$15,184,709.00 respectivamente (sumando un total de USD$16,805,667.00), mientras que, del Fondo General, en el mismo periodo, la UES solamente invirtió USD$1,976,000 en investigación. (Diagnóstico Institucional 2016).
3Según el Diagnóstico Institucional (UES; 2016), la planta docente de tiempo completo asciende a 1670, en contraste con los aproximados 115 investigadores registrados por el Consejo de Investigaciones científicas.
4El repositorio institucional cuenta con 378 entradas para el apartado de Educación Superior, y la mayoría de títulos sólo se refieren al campo docente (prácticas, currículo, pertinencia, etc.) y muy pocas a las otras dos funciones de la UES.